Coliving: otra forma de compartir piso
Entre contratos largos, fianzas imposibles y sueldos que no alcanzan, muchos jóvenes están descubriendo el coliving, una fórmula intermedia entre compartir piso y vivir en residencia… con servicios incluidos y comunidad propia.
Mudarse a otra ciudad por trabajo o estudios puede ser una odisea. Los alquileres son caros, los contratos exigen demasiado y emanciparse parece misión imposible: en España, los jóvenes se independizan a los 30,3 años, la media más alta de Europa.
Ante este panorama, muchos descubren el coliving, una forma de alquilar una habitación o estudio dentro de un edificio con servicios y zonas comunes (coworking, gimnasio, lavandería o incluso piscina). Se trata de una opción más flexible y con menos requisitos que el alquiler tradicional, ideal para estancias de pocos meses.
La idea recuerda a las residencias universitarias, pero adaptada a jóvenes profesionales, normalmente de entre 25 y 40 años, que buscan comodidad y comunidad sin comprometerse a largo plazo
Lo bueno y lo no tan bueno del Coliving
Ventajas:
- Contratos cortos (desde 2 o 3 meses).
- Fianzas bajas.
- Suministros y limpieza incluidos.
Inconvenientes:
- El precio no siempre es más barato: una habitación ronda los 640 euros al mes, y con baño privado puede subir unos 200 € más.
- Antes de firmar, revisa bien qué incluye el precio, porque algunos servicios o actividades se pagan aparte.
- No todo lo que se anuncia como coliving realmente lo es: si el único espacio común es una terraza compartida, probablemente no sea un coliving real.
¿Compensa el coliving?
Si necesitas una vivienda temporal y valoras la comodidad y vivir en comunidad, el coliving puede ser una gran experiencia… pero no es una opción especialmente económica. Un alquiler convencional en una zona “barata” , o compartir piso es probablemente una opción que sale más rentable.
